A la hora de decidirse por comprar una puerta automática hay que valorar diferentes opciones. No hay necesariamente un sistema de apertura que sea mejor que otros, sino que algunos se adaptarán con más facilidad a cada situación.
Y es que el espacio -o la falta de él-, puede hacer que nos decantemos por un sistema u otro.
Tipos de puertas
Hablando de espacio; las puertas enrollables lo aprovechan de una manera envidiable. Si existe la posibilidad de instalar el cajón en la parte superior, apenas precisan de libertad de movimiento en el plano horizontal. La cantidad de espacio que se gana de esta manera es especialmente útil en tiendas, almacenes, garajes o cualquier otro lugar en el que cada metro cuadrado cuenta.
De manera similar, las puertas seccionales combinan la optimización del espacio con la que cuentan las enrollables con una mayor sencillez en la instalación, al replegarse sobre el techo, donde generalmente hay más disponibilidad de espacio. Es por ello que son muy utilizadas en garajes.
Las puertas correderas son muy cómodas. Extremadamente fáciles de abrir, apenas requieren de un espacio lateral en la pared para permitir el repliegue. Junto al ahorro de espacio, la sencillez de su movimiento las convierte en puertas muy eficientes.
Las puertas batientes son las más tradicionales, sobre todo en el hogar. Cuentan con la desventaja de necesitar un margen para realizar el movimiento en el plano horizontal. En contrapartida, son extremadamente fáciles de instalar y reparar. También son ideales para puertas o cancelas que dan al exterior de la propiedad, ya que que pueden batirse hacia afuera y así ahorrar espacio en el interior.
Por último, las puertas basculantes, también muy comunes en las entradas a garajes, cuentan con la ventaja de tener dos pivotes. Asimismo, permiten optar por una solución no invasiva, ideal para cuando no existe la posibilidad de invadir el exterior de la propiedad.