Una buena elección del material es imprescindible a la hora de instalar una puerta. Si lo que buscas es alta calidad y durabilidad, una de las mejores opciones es el acero inoxidable.
Cuando hablamos de acero inoxidable, instantáneamente lo asociamos con cualidades como dureza o resistencia. Pero se trata de un material que ofrece mucho más.
¿Por qué elegir acero inoxidable?
Este tipo de puertas garantizan una gran protección frente a agentes externos. Nos referimos a cambios de temperatura, humedad, o incluso agentes químicos. No en vano, son utilizadas en instalaciones como laboratorios o centros sanitarios y alimentarios.
Una capacidad de aislamiento, tanto térmico como acústico, que las hace contribuir a una mayor eficiencia energética de los espacios. Algo que, a la larga, puede significar una importante reducción de costes en las facturas de la calefacción o del aire acondicionado.
También, como su propio nombre indica, presentan una altísima resistencia ante la corrosión, manteniendo su aspecto original como el primer día.
Mantenimiento y adaptabilidad
Es importante mencionar que se trata de puertas que apenas necesitan mantenimiento, ya que también son muy fáciles de limpiar.
Todo ello, sin dejar de ser una opción sobria y elegante para cualquier tipo de espacios.